27 de mayo de 2009

Regiones de Neabarond (II)


La Cuenca del Artéan:
Al sur del bosque de Neaba, tras dejar las fronteras marcadas en los árboles por los Hijos de Urum, nos adentramos en una tierra en la que el terreno se vuelve más cálido y húmedo. Durante años, diferentes pueblos y culturas fluviales solo dependientes de sí mismos han convivido en las aguas de los grandes ríos que aquí confluyen. Más al sur, todos acaban formando un único río, el más grande de todos, el Artéan. Conforme el terreno se hace más blando y despejado, el caudal del río aumenta, dando lugar a enormes zonas pantanosas en las que parece imposible distinguir la otra orilla del río. Llegamos así a la ciudad de Montaror, cuna de la civilización fluvial y puente comercial entre el sur y el norte del continente. Sin embargo, conforme el río continúa bajando, el sustrato vuelve a enriquecerse, y los árboles y la humedad se combinan para dar lugar a un bosque tropical de naturaleza salvaje en el que los habitantes de Septrion, la ciudad Colona más cercana, no suelen adentrarse. Solo los autóctonos indios Kiwaká, sobreviven entre sus árboles. Tras las selvas Lizay, la tierra vuelve a extenderse, y el río se transforma en un gigantesco delta que vierte todo su contenido al mar. Justo antes, dos colosales y antiquísimas pirámides de origen desconocido se sitúan en ambas orillas a modo de gigantescos guardianes de piedra.

Las Montañas Nawé:
Recorriendo el continente como si de su columna vertebral se tratara, la de las Nawé es una de las mayores cadenas montañosas del mundo conocido. Desde las tierras de Khovanion y la isla de Velahor al norte, la cordillera recorre la costa occidental de Neabarond dando cobijo a interminables túneles y galerías, primitivas fortificaciones e inaccesibles ciudades infestadas de bestias. Hasta en cuatro puntos diferentes se superan los 4.000 metros de altitud; tres de ellos mantienen el nombre que les dieron los Hijos de Urum; los picos de Ethan Olbun, Ethan Urum y Ethan-Ethan. El cuarto, mucho más al sur que los otros tres, es una gigantesca fortaleza subterránea que estuvo habitada por varios clanes Darik que desertaron durante la batalla del Órean. Los muros de Shalon-Kherad pasaron a la historia como lugar oscuro y maldito. Al sur del continente las montañas mueren en un gran archipiélago de islas tan variadas como misteriosas. Conocidas como las Islas Tortuga, su nombre se debe a la gran abundancia de este animal en las mismas.

El Reino Perdido de Aphel-Edá:
Hace más de 500 años, cuando la guerra de los Colonos estaba en su plenitud, todo un asentamiento desobedeció la orden de mantener la posición al norte de Crookzan, y trasladó a su pueblo hacia el sur, huyendo del conflicto. La vergüenza y las posibles represalias del Reino, llevó a sus integrantes a adentrarse más y más al sur, hasta atravesar el continente e instalarse a los pies de las montañas fundando la ciudad estado de Vermidán. Sin embargo, con el paso del tiempo, y sin motivo aparente, la ciudad fue atacada por los Darik desertores de Shalon-Kherad, iniciándose una guerra que acabaría con ambos pueblos casi en su totalidad. Aun hoy en día se desconocen las razones de lo ocurrido, y mientras unos hablan de un intento por recuperar el honor perdido, no son pocos los que hablan de castigo divino…

El Bosque de Neaba:
Extendiéndose al pie de las Nawé, el bosque más grande del mundo conocido abarca una extensión inmensa. Tan bello como peligroso, este gigantesco mar de coníferas es el hogar de los Hijos de Urum, cuya cultura basada en la madre tierra y en el poder de la misma persiste desde tiempos anteriores al Imperio Alisio. Amantes de la naturaleza y estudiosos del mundo, habitan el bosque con los habitantes autóctonos, los indios Bokawa, de los cuales se cuenta que han aprendido a manejar oscuras y mágicas artes. A pesar de su apariencia de pueblo pacífico, el pueblo del bosque es uno de los más mortíferos del mundo, y adentrarse en su territorio sin motivo alguno puede significar el fin.

Oasis de Aracodes:
Hace casi 400 años, una serie de disputas entre los Urumy de Neaba iniciaron una guerra civil que produjo el destierro de uno de los mayores clanes de su pueblo. Sin un lugar en el que asentarse, muchos cruzaron la tierra de los ríos, y se adentraron en el desierto sin demasiada esperanza. Sin embargo, la suerte les sonrió, y tras varios meses de vagar por la arena, descubrieron un paradisíaco oasis. La acción del viento y el agua habían excavado un gigantesco cañón en la roca protegiendo del sol y el calor tanto al río como lo que crecía junto a él. Lo tomaron como su hogar, y renunciaron a sus dioses y creencias; pasando a ser conocidos como los Hijos de la Arena. Los Arany.

La Isla de Velahor:
Habitada inicialmente por los indios Tutchik, profundamente respetados por los habitantes Colonos de la isla, es el territorio más al norte de los que alguna vez ha pertenecido al Reino del Oeste. Sin embargo, la población del territorio siempre ha sido escasa, y apenas ha tenido algo más que la caza y la pesca para sobrevivir. El único asentamiento relativamente importante de la isla, conocido como La Atalaya, es regentado por una antigua orden de monjes, y está considerado como un lugar de retiro sagrado y espiritual.

Nueva Endanaar:
Ocupando tan solo el cabo nordeste de Neabarond, el de Nueva Endanaar es el Reino más antiguo y pequeño del continente. Apenas un puñado de aldeas la componen, y la cadena de fortalezas que la rodea es lo único que señala su frontera. Sin embargo, la capital de la región es la ciudad más grande del continente, y entre sus calles pueden encontrarse edificios legendarios; como el faro de Behilm o la Academia de los Maestros. Como primera colonia, Nueva Endanaar es la ciudad de Neabarond que más relación tiene con los pueblos del este, siendo común encontrar en ella comerciantes Bredios, gente de Tierra de Fuego o incluso Orientales.

2 comentarios:

JC dijo...

Buenas, pues como te decía en el foro de NSR no había visto que tenías actualizado el blog.

Lo que he leído tiene muy buena pinta, no se me ocurre ningún cambio que sugerirte. Sigue así que está quedando muy bien.

Mr. P dijo...

Grache! ^^