14 de octubre de 2011

Cadáveres y Caballeros.


Y por fin... ¡dos semanas seguidas escribiendo! Pues sí, así es. Volvemos tan solo una semana después con una nueva entrada de la crónica de nuestras partidas (de nuevo, otras dos sesiones) comenzando lo que esperamos sea el definitivo asentamiento del blog, así como del actual grupo de juego y la campaña que hemos empezado. Además, vamos a empezar a complementar las entradas con algo que siempre me ha encantado... ¡fotos de las partidas! Aunque sin abusar... Seguramente, no serán las mejores. Seguramente, me toque compensar a algún jugador con algún objeto especial por los caretos que voy a hacer públicos aquí. Pero es algo que siempre he querido hacer. Y desde que vi la primera entrada de este estilo en el blog de los amigos de La Marca del Este, he soñado con el momento en que yo pudiera hacer lo mismo... (De nuevo, que todo esto sea posible es solo gracias a ti... ♥)

"La Fortaleza de la Frontera"
En fin, que todo esto está muy bien, ¡pero vamos de una vez a lo que nos atañe! ¡El juego! Una vez concluidas esas primeras partidas que me había dejado de margen para aclimatarnos al sistema y la ambientación, comenzamos la verdadera campaña que confío ocupe nuestra mesa hasta, como mínimo, final de año. En líneas generales voy a basarme en el mítico módulo de OD&D para personajes de nivel básico "La Fortaleza de la Frontera", que recoge un entorno relativamente cerrado y limitado ideal para que los jugadores (y el narrador) comiencen a dar sus primeros pasos de libertad. Una fortaleza con todo lo que un aventurero puede necesitar, unas minas llenas de monstruos y tesoros, y la enorme posibilidad de introducir multitud de "ganchos" para enlazar con otras aventuras (muchas de las cuales ya tengo pensadas y se tratarán a su debido tiempo)... Y todo esto, con la firma del gran Gary Gygax. Diversión asegurada...


La Fortaleza de Ser Roddrick
Nada más cruzar las puertas de la fortaleza, el grupo se separó. Milgram, el clérigo, acudió a la capilla en busca de información, consejo y una cura para su mano amputada que no pudieron proporcionarle. A cambio, el sacerdote le rogó que investigaran el reciente robo de cadáveres en el cementerio cercano. Alexia, la ladrona, se dirigió a la posada del castillo, conocida como "El Viajero Risueño", buscando información sobre su antiguo maestro desaparecido, al que habían visto por última vez adentrándose en el cercano "Pinar de las Arañas". A su lado iba Várvol, el mago del grupo, que sin pasado ni recuerdos con los que orientarse, se sentó en la taberna a escuchar rumores que pudieran ayudarle. Por último, los dos guerreros hermanos, Agro y Egro, acudieron a las puertas de la ciudadela en busca de Ser Roddrick, pero este estaba muy ocupado arreglando los problemas que un grupo de bandidos estaba causando en la zona, por lo que los guardias les cerraron el paso, sugiriéndoles que se ganaran la audiencia librando a la región de los peligros que la asolaban. Así pues, tras hacer algunas compras y reponer provisiones, la mayoría del grupo abandonó la fortaleza en dirección al cementerio, dispuesto a investigar lo que estaba ocurriendo con los cadáveres. Solo Agro, cada vez más afectado por el malestar y las voces que inundaban su cabeza, tuvo que permanecer en la fortaleza.

Kobold de las Mina
A media noche, los aventureros llegaron al cementerio, descubriendo un grupo de kobolds saqueadores de tumbas del que se deshicieron sin problemas. Tan solo uno logró escapar... Hecho que aprovecharon los compañeros para seguirlo hasta su guarida y continuar la investigación. La criatura les guió hasta uno de los túneles de la antigua mina abandonada, donde encontraron una enorme tribu de kobolds a la que se enfrentaron. Allí descubrieron que la tribu almacenaba desde hace un tiempo fragmentos de cadáveres en una cámara fría... La razón se les escapaba, pero sin duda, aquél montón de cuerpos desmembrados habría de tener un fin siniestro y oscuro. Casi con toda seguridad, ideado por alguien más inteligente y poderoso que se aprovechase de ellos... Al llegar a la sala común de la guarida, perdonaron la vida a un grupo de unos 50 individuos, compuesto en su mayoría por "mujeres" y "niños", ya que a ninguno les pareció ético acabar con la vida de un puñado de seres indefensos y desarmados... De vuelta a la fortaleza, dispuestos a informar a cerca de lo descubierto a las autoridades, contemplaron sorprendidos como la multitud vitoreaba a un grupo de soldados que decían haber terminado con la banda de bestias que profanaba su cementerio... Degollando y quemando a más de 50 criaturas. Al frente de la compañía iba Ser Cedric, un pomposo y engreído caballero sin escrúpulos que solo buscaba impresionar a su ocupado padre... Ser Roddrick, señor del castillo.

Capitán Kenn
Entre la multitud, conocieron al capitán Kenn, jefe de la guardia de la fortaleza y primo de Ser Cedric, al cual detestaba enormemente y del que siempre sospechaba que conseguía las cosas de forma poco ética... Les sugirió que se adelantaran al próximo movimiento de Cedric, y acabaran con las dos tribus orcas también instaladas en las minas. De esta forma, cobrarían la recompensa, podrían ganarse la audiencia con Ser Roddrick, y asestarían un duro golpe al indeseable de su primo. De inmediato, y ya con Agro entre ellos, el grupo partió de nuevo rumbo a las minas, con intención de pasar la noche junto a ellas y adelantarse a los planes del caballero. Antes de amanecer, los aventureros se adentraron en la guarida de los orcos... Terminando con todos ellos con no demasiados problemas, y consiguiendo la cabeza de sus dos líderes, requisito indispensable para cobrar la recompensa en el castillo... Pero al salir les estaban esperando. Acompañado por una veintena de hombres, Ser Cedric trató de arrebatarles el trofeo, ofreciéndoles más del doble por cada cabeza, pero el grupo se mantuvo firme y, dando la espada al caballero, tomaron rumbo a la fortaleza...

... Pero no todo había acabado. A mitad de camino, un grupo de al menos quince bandidos les tendió una emboscada. Sorprendidos, escucharon las palabras que el cabecilla dedicaba a sus hombres entre carcajadas...

"Vaya, vaya... Después de todo el caballero se equivocaba... Sois mucho más estúpidos de lo que parecéis... ¡Muchachos! ¡Esta es el dinero más fácil que hemos ganado nunca!"

¡Primera foto de nuestra mesa!
En definitiva, fueron dos partidas muy divertidas, en la que los jugadores comenzaron a sentirse cómodos con la dinámica de exploración de mazmorras, afinaron el trabajo en equipo y su compenetración de grupo (a pesar de que uno de ellos faltase), y comprobaron la BRUTAL importancia de llevar siempre encima pociones de curación. Además, sirvió para que todos los personajes alcanzaran el nivel 2, el 3 en el caso de Alexia la ladrona, y para que consiguieran algo de tesoro y algún que otro objeto mágico. Pero sin duda, lo que más me gustó como narrador fue la inesperada importancia de Ser Cedric, diseñado como mero figurante, que pasó a ganarse el odio total del grupo y convertirse así en un genial enemigo para futuras partidas. Pero eso es algo que no contaremos hoy... ¿Quizá la semana que viene?

PD: Problemas con la conexión nos impiden mostrar más fotos... pero las habrá... prometido xD


10 de octubre de 2011

Ruinas en el Gran Pantano.


Después de un par de semanas en las que diversos motivos (desde los estudios y el trabajo hasta la falta de conexión a internet) nos han impedido jugar y actualizar, volvemos mañana al tajo con una nueva partida en la Marca del Este. Desde ahora, nuestra intención es la de jugar, y reseñar, al menos una partida a la semana... Aunque sabemos que no siempre será posible, y por tanto pedimos perdón a todo aquél que nos siga.

Así pues, retomamos la crónica de nuestras aventuras con las dos últimas partidas que jugamos, las cuales sirvieron además para terminar de presentar a todos los personajes que van a formar parte de la campaña que ahora comenzamos, y para asentar la base de la misma, que comenzará en forma de modelo “sandbox” a partir de mañana, como contaremos durante la próxima semana. Para enlazar con la futura trama principal, los aventureros terminarán con “El Enclave”, primera parte de la trilogía de “La Orden del Libro” publicada por Holocubierta, así como con la vieja torre en ruinas visirtaní descrita en el reglamento básico del juego. Por último, el camino les llevará a una vieja fortaleza, mítica entre todos los aficionados de las primeras ediciones de D&D, y que si todo marcha según lo planeado les tendrá ocupados, como poco, hasta final de año...

Acusados de herejes y conspiradores, Agro y Egro se adentraron en el Gran Pantano en busca del monasterio del que el malherido Rufus les había hablado. Según el viejo bibliotecario, estaba habitado por una antigua hermandad de monjes pacíficos aliada de la Orden, así que pusieron rumbo norte con la esperanza de encontrar entre sus muros algo de ayuda y consejo. Pero los clérigos de Velex seguían tras ellos, y no pasó mucho tiempo antes de que se encontraran con los primeros hombres de Kletus. Por fortuna, la gigantesca ciénaga hacía difícil seguir su rastro, así que consiguieron evitarlos y llegar al monasterio sin el menor sobresalto. Durante el trayecto, se toparon con un clérigo de Valion, de nombre Milgram, que investigaba una serie de rumores que hablaban de muertos vivientes y sectas adoradoras de Orcus en las inmediaciones del pantano. Cansado y perdido, no dudo en unirse a ellos con la esperanza de que le ayudasen en su cometido.


Aquella misma noche, mientras comían y descansaban en el más absoluto silencio, un terrorífico y repentino estallido terminó con la aparente paz que reinaba en el pantano. Era un sonido inquietante. Un retumbar que fue aumentando poco a poco en volumen e intensidad. Tambores. Tambores y cánticos tribales en una lengua que no habían escuchado nunca. En silencio, buscaron la fuente de aquél escándalo. Y así fue como encontraron el antiguo monasterio. Y a la tribu de Hombres-lagarto que ahora lo habitaban. De los monjes no había ni rastro. Allí no podía quedar nadie con vida... Estaban contemplando lo que parecía algún tipo de ritual de sacrificio. En el centro, sobre un altar cubierto de sangre, un hombre atado y desnudo, aparentemente inconsciente, centraba las miradas de todas aquellas criaturas. De entre ellas, surgió una figura ataviada de pieles y calaveras animales, que comenzó a dirigir el ritual mientras agitaba un cetro y bailaba como si estuviese en trance. De pronto, el silencio volvió. Y de la nada surgió una inmensa serpiente que comenzó a rodear al prisionero... Dispuesta a degustar la ofrenda que le brindaban. A partir de entonces, todo ocurrió muy deprisa. Una daga surcó el aire a toda velocidad, clavándose cerca de la cabeza de la serpiente, que emitió un sonido quejumbroso justo antes de abandonar el altar. El caos comenzó a reinar. Las criaturas corrían de un lado para otro, sin saber que hacer ni donde ir. Toda esta confusión se multiplicó cuando uno de ellos señaló a tres intrusos que se ocultaban tras la maleza. Y así comenzó la refriega. Por suerte, la mayoría trataron de refugiarse en las ruinas del monasterio cerrando las puertas tras de si... Por lo que los pocos que plantaron cara a los intrusos no tardaron en caer.  De entre las sombras, apareció una mujer maldiciendo por la daga que acababa de perder. Respondía al nombre de Alexia, y no dijo nada sobre el motivo que la había llevado hasta el monasterio. Una vez liberado, el prisionero se dio a conocer como Várvol. No tenía ningún tipo de recuerdo sobre su pasado, tan solo los dos conjuros que parecían haberse grabado en su mente. 

Durante el resto de la noche, el grupo se adentró en las ruinas del edificio, acabando con aquello que saliese a su paso. De todos, el peor parado fue Milgram, que perdió la mano en un combate con un gigantesco hombre-lagarto. Descubrieron que los monjes habían sido masacrados por un grupo de clérigos de Orcus que luego abandonaron la zona... Y que los reptiloides habían llegado a un lugar ya desierto y abandonado. Tras explorar las criptas, donde se toparon con una enorme gárgola, y descubrieron la tumba del fundador de la hermandad y de un antiguo caballero, Rufus decidió que aquél iba a ser el nuevo enclave de La Orden. Sin embargo, seguían necesitando ayuda, así que rogó al grupo que marcharan al norte, en busca de la fortaleza de Sir Roddrick, un antiguo y aliado caballero que podría ayudarles con dinero, armas, y hombres que defendieran el lugar. Los nuevos miembros del grupo, decidieron acompañarles, pues todos tenían razones, conocidas o no, para tomar el mismo camino...

Esa misma mañana pusieron rumbo norte, hacia la fortaleza. Casi en el linde de la enorme ciénaga, encontraron los restos de una antigua torre de vigilancia visirtaní. Alexia, que había pasado por el mismo lugar hace unos días, recordó haber visto un grupo de clérigos de Orcus entrando en la vieja torre. Así pues, encabezados por Milgram, se dispusieron a explorar las viejas ruinas. Tras acabar con un pequeño grupo de kobolds que custodiaban la entrada, el grupo descubrió en el piso inferior lo que parecía un laboratorio alquímico, en el que un grupo de clérigos hacían algún tipo de oscuros experimentos. Su lider, un clérigo visirtaní de nombre Kalamarûs, logró escapar en el último momento, maldiciendo a los aventureros y jurándoles que volverían a encontrarse... 

Antes de salir de la torre, desde la cual ya se divisaba la fortaleza de Ser Roddrick, en lo más profundo del nivel encontraron una cripta que contenía la tumba de un antiguo guerrero... De entre todo lo que encontraron destacaba una magnífica espada que Agro no dudó en ajustarse a la cintura... A pesar de las siniestras voces que comenzaron a llenar su cabeza desde entonces...


En general, fueron dos partidas rápidas, sencillas y lineales, con el principal objetivo de presentar e introducir a los tres personajes principales que faltaban (Milgram, Alexia y Várvol), en las que no hubo demasiados giros ni sobresaltos. El sistema ha resultado perfecto para el grupo. Todos los jugadores, incluso aquellos que nunca se habían sentado a una mesa de juego, se han adaptado rápido y sin problemas. Y el espíritu libre, intuitivo y “old school” de la Marca ha calado rápidamente entre ellos. Como mucho, resaltar un par de momentos en los que les permití gastar algún que otro punto de héroe para salvar la vida y seguir adelante... Pero creí conveniente darles un par de partidas tranquilas para empezar. Ya habrá tiempo para los nervios y el miedo a la muerte cuando comiencen a adentrarse en las Minas del Caos...

PD: Prometo que a partir de ahora las entradas serán más cortas y más llenas de fotos y dibujos... Pero necesitaba reunir todo lo jugado hasta ahora en una sola entrada para que no siguiera acumulándose el trabajo... xD