8 de noviembre de 2012

La Tumba de Alestor (I): La Entrada.


Tras mucho tiempo (demasiado) sin jugar, nuestro grupo volvía a reunirse para adentrarse en el lugar que tanto tiempo llevaban buscando. La Tumba de Alestor, fundador de la Órden de la Flor Alada, guardián del Disco que porta su nombre, descendiente del mismísimo Valion. En lo personal, esta es una parte de la campaña muy importante, no en vano es el primer "gran dungeon" al que nos enfrentamos, tanto los jugadores, como mi persona en el papel de narrador. Sin querer pecar de "jugador de tablero" ni de "excesivamente táctico", comenzamos la exploración con la pizarra "vileda" de siempre, sin hacer demasiado caso a las distancias, y únicamente dando algo más de importancia al tema de la iluminación, tema este que me produce no pocos "agobios", pues me gustaría ser capaz de plasmar mejor su importancia y papel narrativo... Sin llegar a fastidiar demasiado a los jugadores. En fin, añadir también que tres de los cuatro miembros del grupo tienen ya su propia miniatura, pues han pasado ya sus cumpleaños y servidor se ha portado con ellos, por que no decirlo. 


Volviendo a la aventura, destacar que el grueso de la misma se basa directamente en el módulo de Necromancer, de la línea Sword and Sorcery, "La Tumba de Abysthor", dungeon este que siempre he querido dirigir y que al fin he conseguido llevar a la mesa. Nos adentramos de momento en sus dos primeros niveles...

La Entrada del Dungeon
Guiados por Steinkel, el grupo llegó a las puertas del antiguo santuario. Tras pagar sus servicios, se adentraron en la cripta ya sin su compañía, pues el clérigo siempre había dejado claro que jamás cruzaría las puertas de la siniestra mazmorra. Desde el primer momento, quedó claro que el templo había sido mancillado por fuerzas oscuras, pues los antiguos símbolos de Silas y la Flor Alada habían sido borrados, destruidos, u ocultados bajo nuevas runas malditas y horribles pintadas evocadoras de Orcus, Señor de los Muertos. Dejando atrás las primeras cámaras, desiertas todas ellas y cubiertas de polvo, alcanzaron una gran sala en cuyo centro había una fuente otrora hermosa y reflejo de la paz que con total seguridad manaba de aquél lugar. Pero todo estaba corrupto y maldito. El agua se había tornado negra y viscosa, y restos cadavéricos, aquellos que antes descansaban en los nichos de las paredes, aguardaban en el fondo de la misma.

La Fuente del Santuario
Fue en ese instante, absortos como estaban en el horror que causaba la estancia, cuando comenzó la lucha. De entre las putrefactas aguas de la fuente, una esquelética mano emergió agarrando la mano de Milgram. Hasta seis esqueletos, negros como el carbón, aparecieron de la oscuridad. Y luego otros seis. En apenas unos minutos, aquellos seres malditos les superaban de tal manera que el grupo se vio obligado a huir hacia el interior de la cripta. No sin dificultades, y con varios heridos graves, los aventureros llegaron a una cámara aparentemente intacta de la que manaba un halo de seguridad que los empujó a entrar y bloquear las puertas. Y allí pudieron descansar, pues los demonios de la fuente no osaban si quiera tocar la bendita puerta. 

Esqueleto Negro
Tras una noche de profundo, necesario y merecido descanso, el grupo volvió a abrir la puerta de la estancia. A primera vista, el oscuro ejército de esqueletos que los había perseguido el día anterior había desaparecido, por lo que decidieron continuar explorando la cripta. Atravesaron varias cámaras funerarias, en cada una de ellas había al menos seis sarcófagos profanados y malditos, tallados en el más oscuro mármol y cubiertos de siniestras marcas realizadas en sangre. Al igual que los innumerables nichos que cubrían las paredes de habitaciones y pasillos, ni un solo cuerpo descansaba en su lugar original. Dedujeron que aquello, con total seguridad, era obra de los hombres de Orcus que también buscaban el Disco, pues maldiciendo aquél primer nivel, hacían más difícil que alguien se adentrara y tratara de arrebatarles el poderoso artefacto. Al final de un interminable pasillo, del cual emanaba la más intensa maldad que hubieran sentido nunca, encontraron lo que parecía ser un arcano glifo de protección, caracterizado por la cruz de Orcus, al que se acercaron con suma cautela. Esto no impidió que lo activaran, desencadenando así el desastre. Del portal, surgió la más horrenda, terrorífica y nauseabunda criatura que habían visto en sus vidas. Un ígnoto ser de carácter demoníaco. Señor del Abismo. Devorador de almas. Cercenador de vidas. El Demonio Hezrou atravesó la pared como si esta nunca hubiera estado allí. Petrificados, los aventureros tardaron en reaccionar, lo que casi cuesta la vida de más de un miembro del grupo, pero terminaron haciéndolo cuando el pasillo comenzó a infestarse de necrófagos malditos que acudían a la llamada de su Señor. Tras un duro enfrentamiento, en el que los combates físicos solo enmascaraban el verdadero enfrentamiento mental que había entre dos de los ocupantes de la sala, el peligro, sencillamente, se desvaneció. Ninguno pudo explicar lo que allí pasó con total claridad. Poco les importó. Pese a salir todos ellos con vida, el encuentro señaló a unos más que a otros. Milgram, clérigo de Valion, jamás volvería a ser el mismo...

Demonio Hezrou
Explorado el nivel de entrada, no tardaron en darse cuenta de que la puerta principal se había cerrado y estaba totalmente bloqueada. Ni física, ni mágicamente, podrían volver a salir por donde habían entrado. Sin embargo, no era lo que buscaban, pues habían llegado hasta allí buscando el Disco de Alestor, y era evidente que habría alguna forma de seguir adentrándose en el complejo subterráneo. Tras varias horas de búsqueda, lograron dar con una puerta secreta que descendía en la tierra, a través de unas estrechas y sinuosas escaleras largo tiempo olvidadas, que no dudaron en utilizar. Sin salida posible, no había otra alternativa que descender hacia las profundidades de la cripta...

2 comentarios:

Kokuro dijo...

Me tienes enganchado a tu crónica, este último episodio ha sido genial, me hubiera molado cambiarme por uno de tus jugadores XDDD

Sigue con la crónica, que tengo ganas de ver cómo llegan (si lo hacen) al final del dungeon

Mr. P dijo...

Muchas gracias! :D

A veces dudo que alguien lea esto, la verdad xDDD

Pues ya hay siguiente capítulo, pero cayó el día de la Marca, y estaba intentando ver si lo mandaba para lo del concursete... No sé si llegaré, pero seguro que la semana que viene anda ya por aquí colgado ^^

Intentaré darme prisa! :D xD

PD: Y el módulo es una pasada, llevaba años queriendo dirigirlo! xD